25 DE OCTUBRE DE 2020
Todos en alguna etapa de nuestra niñez hemos pasado por la situación de mojar la cama y no es nada malo, ya que no indica un problema mayor, puede ser parte del crecimiento de un niño, o incluso se puede dar en etapas tempranas de la adolescencia y se elimina al crecer, pero cuando este problema es muy recurrente puede tratarse de una incontinencia infantil. Se considera incontinencia infantil cuando ocurre de forma involuntaria, dos o más veces al mes después de que el niño ya ha aprendido a controlar los esfínteres.
La incontinencia infantil, también conocida como enuresis, se refiere a la pérdida involuntaria de orina en niños que ya han alcanzado una edad en la que normalmente se espera que tengan control sobre su vejiga. En otras palabras, un niño que experimenta incontinencia infantil moja la cama o se orina involuntariamente durante el día, la noche o en ambas situaciones, incluso después de haber aprendido a controlar sus esfínteres. La enuresis es un problema común en la infancia y puede afectar tanto a niños como a niñas.
La incontinencia infantil se puede clasificar en cuatro tipos principales:
Cuando un niño se orina durante el día, lo que puede incluir episodios de pérdida de orina mientras está despierto.
Comúnmente conocida como "mojar la cama", se refiere a la pérdida de orina durante la noche mientras el niño está durmiendo. La enuresis nocturna es el tipo más común de incontinencia infantil.
Se nombra así cuando el niño no ha aprendido del todo a ir al baño.
Es cuando el niño tuvo un período sin mojarse los pantalones, pero luego vuelve a tener incontinencia.
La mayoría de los niños pasan por una etapa en la que pueden experimentar algunos episodios aislados de enuresis, lo que es considerado normal durante el proceso de desarrollo. Sin embargo, cuando estos episodios se vuelven recurrentes y continúan después de cierta edad, generalmente alrededor de los 5 años, se considera que el niño padece enuresis.
Es importante destacar que la incontinencia infantil no es un signo de indisciplina o un problema emocional en la mayoría de los casos. A menudo, hay causas subyacentes, como el desarrollo del sistema urinario, factores hormonales o incluso condiciones médicas, que pueden contribuir a este problema. Por esta razón, se recomienda que los padres busquen orientación y asesoramiento médico si su hijo enfrenta enuresis persistente para identificar y abordar las causas subyacentes y ayudar al niño a manejar la situación de manera efectiva.
Algunos malos hábitos pueden causar incontinencia, especialmente a las niñas: orinar con poca frecuencia o en una posición incorrecta (con las piernas demasiado juntas). Otras causas muy comunes pueden ser una mala dieta, el sobrepeso y la obesidad, el consumo en exceso de comidas picantes, beber mucho líquido entre cuatro y dos horas antes de irse a dormir, no orinar antes de acostarte, empujar al orinar e ingerir bebidas antes de realizar ejercicio físico, para estas formas de incontinencia tan comunes puedes utilizar Tena® Predoblado y así prevenir escurrimientos y mantener seca su cama lejos de malos olores.
Si el niño ha estado sin accidentes por mucho tiempo y la incontinencia vuelve a aparecer, el médico buscará las causas que la pueden estar provocando, por ejemplo: el estreñimiento, las infecciones, los hábitos alimentarios y el estrés emocional.
Las causas más comunes que pueden llegar a provocarla, pueden variar dependiendo si la incontinencia es diurna o nocturna. En la incontinencia nocturna, la mayoría de los casos no son a causa de un trastorno médico, sino de una combinación de factores, como los siguientes:
En la incontinencia diurna, las causas más habituales son las siguientes:
En ambos tipos el riesgo de incontinencia puede ir aumentando por el estrés, el déficit de atención/hiperactividad o una infección urinaria.
Cualquier niño que ya ha aprendido a ir al baño puede tener un accidente ocasional, el 20 % de los niños de 5 años presentan episodios de incontinencia, de igual forma hasta el 10 % de los niños de 7 años. También los adolescentes la pueden presentar, aunque en un porcentaje menor.
Recuerda que debes acudir a un médico profesional para que te brinde un diagnóstico oficial, acá te damos algunas situaciones que tendrá en cuenta el experto y que debes reconocer:
Los padres de niños con incontinencia enfrentan desafíos que pueden ser preocupantes, pero hay medidas que pueden tomar para ayudar a sus hijos a manejar este problema de manera efectiva y brindarles apoyo. Aquí tienes algunos consejos para padres de niños con incontinencia:
Busca orientación médica: Si tu hijo experimenta incontinencia de forma recurrente o persistente, es importante consultar a un pediatra o especialista en urología pediátrica. El médico puede evaluar la causa subyacente y recomendar un plan de tratamiento adecuado.
Comunicación abierta: Habla con tu hijo de manera abierta y comprensiva sobre la incontinencia. Anímalo a compartir sus sentimientos y preocupaciones contigo. Evita culpar o avergonzar al niño, ya que la incontinencia no es su culpa.
Establece una rutina: Ayuda a tu hijo a establecer una rutina regular de ir al baño, incluso si no siente la necesidad. Esto puede ayudar a entrenar su vejiga para retener la orina durante más tiempo.
Control de líquidos: Limita la cantidad de líquidos que tu hijo consume antes de acostarse, especialmente dos horas antes de dormir. Esto puede reducir la posibilidad de mojar la cama por la noche.
Evita alimentos desencadenantes: Algunos alimentos y bebidas, como los alimentos picantes y la cafeína, pueden irritar la vejiga. Trata de evitar que tu hijo los consuma en exceso.
Higiene personal: Asegúrate de que tu hijo mantenga una buena higiene personal. Usa productos de cuidado de la piel adecuados si la piel se irrita debido a la exposición repetida a la orina.
Refuerza la autoestima: La incontinencia puede tener un impacto en la autoestima de un niño. Anímalo a mantener una actitud positiva y refuerza su autoestima. Explícale que la incontinencia es común y que puede tratarse.
Protección de la cama: Utiliza protectores impermeables en el colchón y ropa de cama para evitar dañarlos en caso de un episodio de incontinencia. Esto facilitará la limpieza y reducirá la preocupación del niño.
Establece metas a corto plazo: Celebra los éxitos de tu hijo, incluso si son pequeños, como pasar una noche sin mojar la cama. Establecer metas a corto plazo y recompensar los logros puede ser motivador.
Tratamiento adecuado: Si el médico recomienda un tratamiento, como ejercicios de entrenamiento de la vejiga, medicamentos o terapia conductual, sigue el plan de tratamiento con regularidad y compromiso.
Apoyo emocional: Proporciona apoyo emocional a tu hijo y ofrécele un entorno seguro para hablar de sus sentimientos. También, asegúrate de que otros miembros de la familia y amigos comprendan la situación y sean compasivos.