28 de julio de 2020
Sabemos que la incontinencia consiste en la pérdida, o escapes involuntarios de orina, la cual puede ser generada por diversos factores o enfermedades, e inclusive, puede darse de forma temporal por ciertos padecimientos o ser crónica, y un factor que puede generarla es el estreñimiento.
El estreñimiento son evacuaciones intestinales poco frecuentes o la dificultad para evacuar que persiste durante varias semanas o más, y por lo general puedes conocer si tienes este problema si evacúas menos de tres veces a la semana.
El estreñimiento ocurre con mayor frecuencia cuando los desechos o las heces se mueven con demasiada lentitud a través del tubo digestivo o no pueden eliminarse de manera eficaz del recto, lo que puede provocar que las heces se vuelvan duras y secas. Existen muchas causas posibles para el estreñimiento, entre ellas no consumir alimentos con fibra o deshidratación.
El recto está ubicado cerca de la vejiga y comparte muchos nervios. Las heces duras y compactadas en el recto hacen que estos nervios se mantengan activos en exceso y aumenten la frecuencia urinaria.
El estreñimiento crónico puede debilitar el suelo pélvico por varias razones:
Esfuerzo defecatorio: Cuando una persona experimenta estreñimiento crónico, a menudo necesita hacer un esfuerzo excesivo para evacuar los intestinos. Este esfuerzo repetido puede ejercer presión sobre los músculos del suelo pélvico, lo que eventualmente puede debilitarlos.
Estrés perineal: El perineo es el área entre el ano y los genitales. Durante la defecación, especialmente cuando se hace con esfuerzo, se puede aplicar presión excesiva en esta área. Con el tiempo, este estrés repetido puede dañar los músculos y tejidos del suelo pélvico, debilitándolos.
Presión abdominal: El estreñimiento crónico puede aumentar la presión en el abdomen debido a la acumulación de heces. Esta presión adicional puede transmitirse al suelo pélvico, contribuyendo a su debilitamiento.
Inflamación y daño tisular: La irritación causada por las heces endurecidas y la inflamación asociada con el estreñimiento crónico pueden dañar los tejidos del suelo pélvico con el tiempo. Esto puede resultar en una disminución de la fuerza y la función de los músculos pélvicos.