29 de julio de 2020

Incontinencia por estrés


29 de julio de 2020

Incontinencia por estrés

Uno de los tipos de incontinencia más común es la incontinencia por estrés o vejiga débil. Aproximadamente de los 200 millones de personas en el mundo que tienen incontinencia, casi la mitad tendrá incontinencia por estrés. A continuación te contaremos sus características, causas y tratamiento.

Características de la incontinencia por estrés

Con este tipo de incontinencia se producen pequeñas pérdidas de orina desde la vejiga cuando está bajo presión repentina e inesperada, lo cual puede ser causado por hacer ejercicio, levantar objetos pesados, reír, toser, estornudar o incluso caminar. El hacer un movimiento de repente aumenta la presión sobre la vejiga, lo que puede causar pérdida incontrolable de pequeñas cantidades de orina. Este tipo de incontinencia es más probable en mujeres que en hombres.

¿A qué se debe la incontinencia por estrés?

Este tipo de incontinencia se produce debido a la debilidad del suelo pélvico, es decir, los músculos responsables de controlar la orina. La debilidad del suelo pélvico puede darse por el consumo de ciertos medicamentos, momentos como el embarazo, o problemas derivados de la obesidad, menopausia o próstata.

Síntomas de la incontinencia por estrés

Los síntomas de la incontinencia por estrés, también llamada incontinencia de esfuerzo pueden incluir:

  • Pérdida involuntaria de orina durante actividades que ejercen presión sobre la vejiga, como toser, estornudar, reír, levantar objetos pesados, hacer ejercicio o tener relaciones sexuales.
  • Sensación de que la vejiga no se vacía por completo después de orinar.
  • Necesidad frecuente y repentina de orinar.
  • Necesidad urgente de orinar, especialmente cuando se llega al baño.
  • Fugas de orina incluso con pequeñas cantidades de esfuerzo físico.
  • Experimentar dificultad para retener la orina cuando se siente la necesidad de orinar.
  • La necesidad de orinar con más frecuencia durante la noche (nicturia).
  • Experimentar pérdida de orina al levantarse de una posición sentada o acostada.

Factores de riesgo de la incontinencia por estrés

Algunos de los factores de riesgo asociados con la incontinencia por estrés incluyen:

  • Género: Las mujeres tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar incontinencia por estrés en comparación con los hombres. Esto se debe a factores anatómicos, como el embarazo, el parto vaginal y los cambios hormonales asociados con la menopausia, que pueden debilitar los músculos del suelo pélvico y el tejido que sostiene la uretra.

  • Parto vaginal: El trauma durante el parto vaginal, especialmente si es prolongado o asistido con instrumentos como fórceps, puede dañar los músculos del suelo pélvico y los nervios que controlan la función vesical, aumentando el riesgo de incontinencia por estrés más adelante en la vida.

  • Edad: A medida que las personas envejecen, los músculos del suelo pélvico tienden a debilitarse, lo que puede contribuir al desarrollo de la incontinencia por estrés.

  • Obesidad: El exceso de peso corporal ejerce presión adicional sobre los músculos del suelo pélvico y la vejiga, lo que aumenta la probabilidad de incontinencia por estrés.

  • Fumar: El hábito de fumar puede aumentar el riesgo de tos crónica, lo que puede contribuir a la incontinencia por estrés al ejercer presión adicional sobre la vejiga.

  • Actividades de alto impacto: Participar en actividades que involucran saltos repetidos, como correr o practicar deportes de alto impacto, puede debilitar los músculos del suelo pélvico con el tiempo y aumentar el riesgo de incontinencia por estrés.

  • Cirugía pélvica previa: Algunos procedimientos quirúrgicos, como la histerectomía o la cirugía de próstata, pueden dañar los músculos del suelo pélvico o los nervios que controlan la función vesical, lo que puede predisponer a la incontinencia por estrés.

  • Enfermedades crónicas: Condiciones médicas crónicas como la diabetes o enfermedades neurológicas pueden afectar la función vesical y aumentar el riesgo de incontinencia por estrés.

Tratamiento de la incontinencia por estrés

El tratamiento de la incontinencia por estrés puede variar según la gravedad de los síntomas, la causa subyacente y las preferencias individuales del paciente. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

1. Terapia conductual y cambios en el estilo de vida:

  • Entrenamiento de la vejiga: Aprender a controlar la vejiga mediante técnicas de programación de la micción puede ayudar a reducir los episodios de incontinencia.
  • Ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico: Los ejercicios de Kegel pueden fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar el control de la vejiga.

  • Modificación de hábitos alimenticios: Reducir la ingesta de líquidos antes de acostarse y evitar alimentos y bebidas que puedan irritar la vejiga, como cafeína, alcohol, alimentos picantes y ácidos, puede ayudar a controlar los síntomas.

  • Pérdida de peso: En casos de obesidad, la pérdida de peso puede reducir la presión sobre la vejiga y mejorar los síntomas de incontinencia.

2. Dispositivos y productos de apoyo:

  • Pañales para adulto y pantiprotectores: Para manejar la incontinencia y mantener la piel seca.

  • Dispositivos de contención urinaria: Tales como pesarios vaginales en mujeres o dispositivos de compresión en hombres para ayudar a contener la orina.

3. Terapia física:
Un fisioterapeuta especializado puede enseñar ejercicios específicos y técnicas de biofeedback o biorretroalimentación para fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar el control de la vejiga.

4. Tratamientos médicos:

  • Medicamentos: En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos para ayudar a fortalecer los músculos de la vejiga y reducir la incontinencia.

  • Inyecciones de toxina botulínica: En casos graves, la toxina botulínica se puede inyectar en la vejiga para relajar los músculos y reducir la incontinencia.

5. Intervenciones quirúrgicas:

  • Cirugía de suspensión de la vejiga: Se pueden realizar procedimientos quirúrgicos para fortalecer los tejidos que sostienen la vejiga y reducir la incontinencia.

  • Implantes de esfínter urinario artificial: En casos graves y refractarios, se puede implantar un dispositivo quirúrgico para controlar la liberación de la orina.

  • Inyecciones bulbares: Se pueden administrar inyecciones de materiales de relleno en el área alrededor de la uretra para ayudar a cerrarla y prevenir la fuga de orina.

Expectativas y pronóstico de la incontinencia por estrés

En general, las expectativas para las personas con incontinencia por estrés pueden ser bastante positivas, especialmente con un manejo adecuado. Aquí hay algunas consideraciones sobre el pronóstico:

  • Mejora con el tratamiento: Muchas personas experimentan mejoras significativas en los síntomas de incontinencia por estrés con el tratamiento adecuado. Esto puede incluir cambios en el estilo de vida, terapia conductual, ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, dispositivos de apoyo, medicamentos o intervenciones quirúrgicas, dependiendo de la situación individual.

  • Persistencia de los síntomas: En algunos casos, los síntomas pueden persistir a pesar del tratamiento. Sin embargo, incluso en estos casos, los síntomas generalmente se pueden manejar con éxito para mejorar la calidad de vida del paciente.

  • Seguimiento y ajustes: Es posible que se necesite un seguimiento continuo y ajustes en el plan de tratamiento para optimizar los resultados a lo largo del tiempo. Esto puede implicar cambios en la medicación, la terapia física o incluso procedimientos quirúrgicos adicionales según sea necesario.

  • Impacto en la calidad de vida: El manejo efectivo de la incontinencia por estrés puede tener un impacto positivo significativo en la calidad de vida del paciente. La reducción de los síntomas puede llevar a una mayor comodidad, confianza y participación en actividades cotidianas y sociales.

Complicaciones de la incontinencia por estrés

La incontinencia por estrés puede tener varias complicaciones que afectan tanto la salud física como la calidad de vida de una persona. Algunas de estas complicaciones incluyen:

  • Infecciones del tracto urinario (ITU): La incontinencia por estrés puede aumentar el riesgo de ITU debido a la exposición frecuente de la uretra a la orina. Las ITU pueden causar síntomas como dolor al orinar, necesidad frecuente de orinar y fiebre.

  • Irritación de la piel: La exposición repetida a la orina puede causar irritación, enrojecimiento e incluso úlceras en la piel alrededor del área genital y perineal. Esto puede ser incómodo y aumentar el riesgo de infecciones secundarias.

  • Limitaciones en la vida cotidiana: La incontinencia por estrés puede tener un impacto significativo en la calidad de vida, limitando la participación en actividades sociales, laborales y recreativas. Las personas pueden sentirse avergonzadas o evitar situaciones sociales por temor a los episodios de incontinencia.

  • Problemas emocionales: La incontinencia por estrés puede provocar estrés, ansiedad, depresión y baja autoestima. El impacto psicológico puede ser significativo y afectar la salud mental y emocional del individuo.

  • Trastornos del sueño: Las personas con incontinencia por estrés pueden experimentar interrupciones en el sueño debido a la necesidad frecuente de levantarse para orinar durante la noche (nicturia). Esto puede provocar fatiga diurna, irritabilidad y dificultad para concentrarse.

  • Complicaciones sociales: La incontinencia por estrés puede afectar las relaciones personales, sexuales y laborales. Las personas pueden sentirse avergonzadas o evitar la intimidad debido a la preocupación por los episodios de incontinencia durante las relaciones sexuales.

  • Lesiones musculoesqueléticas: Levantar objetos pesados o realizar actividades físicas intensas mientras se experimenta incontinencia por estrés puede aumentar el riesgo de lesiones musculoesqueléticas, como distensiones musculares o hernias.

  • Disminución de la calidad de vida: En general, la incontinencia por estrés puede reducir significativamente la calidad de vida de una persona al afectar su bienestar físico, emocional y social. El tratamiento y la gestión efectivos de la incontinencia son importantes para mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones a largo plazo.

Prevención de la incontinencia por estrés

Si bien la incontinencia por estrés puede ser difícil de prevenir por completo, existen algunas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar esta condición o para minimizar su impacto. Algunas estrategias de prevención incluyen:

  • Mantenimiento de un peso saludable: Mantener un peso corporal dentro de un rango saludable puede reducir la presión sobre la vejiga y los músculos del suelo pélvico, lo que puede ayudar a prevenir la incontinencia por estrés.

  • Fortalecimiento del suelo pélvico: Realizar ejercicios regulares de fortalecimiento del suelo pélvico, como los ejercicios de Kegel, puede ayudar a mantener los músculos del suelo pélvico fuertes y mejorar el control de la vejiga.

  • Evitar el tabaquismo: Fumar puede contribuir a la tos crónica, lo que a su vez aumenta el riesgo de desarrollar incontinencia por estrés. Evitar el tabaquismo puede reducir este riesgo.

  • Manejo de enfermedades crónicas: El manejo adecuado de condiciones médicas crónicas como la diabetes puede ayudar a prevenir la incontinencia por estrés al reducir el riesgo de daño neurológico o muscular que puede afectar la función de la vejiga.

  • Práctica de ejercicios seguros: Evitar levantar objetos pesados de manera inapropiada y realizar ejercicios de alto impacto de manera segura puede ayudar a prevenir lesiones en los músculos del suelo pélvico y reducir el riesgo de incontinencia por estrés.

  • Manejo del parto: Durante el embarazo y el parto, trabajar con un profesional de la salud para practicar técnicas de parto seguras y aprender ejercicios prenatales y postnatales puede ayudar a fortalecer los músculos del suelo pélvico y reducir el riesgo de incontinencia por estrés después del parto.

  • Evitar el estreñimiento crónico: El estreñimiento crónico puede ejercer presión adicional sobre los músculos del suelo pélvico y la vejiga, lo que puede aumentar el riesgo de incontinencia por estrés. Mantener una dieta rica en fibra y beber suficiente agua puede ayudar a prevenir el estreñimiento.

  • Buscar tratamiento temprano: Si experimentas síntomas de incontinencia urinaria, es importante buscar atención médica temprana para recibir un diagnóstico preciso y comenzar un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento temprano puede ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar la calidad de vida.

Recomendaciones

Fuentes

  • Bupasalud
  • Medicina21
  • Urologyhealth