12 de Septiembre de 2024
La incontinencia urinaria de esfuerzo es un tipo de incontinencia que afecta a millones de personas en todo el mundo, en especial a mujeres. Se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina al realizar actividades físicas o al someterse a esfuerzos como toser, reír, estornudar o levantar objetos pesados. Aunque puede parecer un tema incómodo de tratar, hablar abiertamente sobre la incontinencia de esfuerzo es clave para entender sus causas y buscar soluciones que mejoren la calidad de vida.
En esta nota, exploraremos en detalle qué es la incontinencia urinaria de esfuerzo, qué la causa, en qué momentos suele aparecer y qué pasos podemos hacer para mitigarla.
La incontinencia urinaria de esfuerzo se refiere a la pérdida de orina, ya sea en goteos leves, moderados o abundantes, provocada por un aumento de la presión abdominal que sobrepasa la capacidad de los músculos del suelo pélvico y el esfínter urinario para retener la orina. Cuando estos músculos y estructuras no pueden soportar el aumento de presión, el resultado es la fuga de orina. A diferencia de otros tipos de incontinencia, como la incontinencia de urgencia, la incontinencia de esfuerzo no suele estar relacionada con la necesidad repentina y urgente de orinar.
Este tipo de incontinencia afecta de forma más frecuente a las mujeres debido a factores relacionados con el embarazo, el parto y los cambios hormonales, especialmente después de la menopausia. Sin embargo, los hombres también pueden experimentarla, especialmente tras cirugías prostáticas.
La incontinencia de esfuerzo puede ser resultado de múltiples factores que debilitan los músculos del suelo pélvico y el esfínter urinario. Entre las principales causas se encuentran:
Embarazo y parto: El peso del bebé y el proceso de parto pueden estirar y debilitar los músculos del suelo pélvico, lo que dificulta el control de la vejiga. Además, los nervios que controlan la vejiga pueden sufrir daños durante el parto, sí, aunque sea por cesárea.
Menopausia: La disminución en los niveles de estrógeno tras la menopausia puede debilitar los músculos del suelo pélvico y afectar la elasticidad de los tejidos de la vejiga y la uretra, facilitando la pérdida de orina.
Cirugía pélvica: Procedimientos como las histerectomías o cirugías prostáticas pueden alterar la estructura y función de los músculos y nervios responsables del control urinario.
Obesidad: El exceso de peso ejerce presión adicional sobre el abdomen y la vejiga, aumentando el riesgo de que los músculos no puedan soportar ese estrés adicional.
Enfermedades crónicas: Condiciones que implican tos crónica (como el asma o la bronquitis crónica) pueden sobrecargar el suelo pélvico, provocando incontinencia.
Este tipo de incontinencia suele presentarse en momentos donde se produce un aumento repentino de la presión abdominal. Algunos de los momentos más comunes incluyen:
Toser o estornudar: Estos actos involuntarios generan una presión considerable en la región abdominal y pélvica.
Reír o gritar: Aunque reír es una actividad alegre, para quienes sufren incontinencia de esfuerzo, puede resultar incómodo si no pueden controlar las pérdidas de orina.
Levantar objetos pesados: La actividad física que implica cargar peso aumenta la presión sobre la vejiga, lo que puede resultar en fugas.
Hacer ejercicio: Algunas formas de ejercicio, como correr, saltar, cargar cosas o las relaciones sexuales, pueden desencadenar la incontinencia, especialmente si el suelo pélvico está debilitado.
Afortunadamente, existen diversas estrategias que pueden ayudar a reducir o controlar los síntomas de la incontinencia de esfuerzo. Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones clave.
Pequeños cambios en el estilo de vida pueden tener un impacto positivo. Si tienes sobrepeso, ponerte en forma puede reducir la presión sobre la vejiga. Mantenerse hidratado es importante, pero, es aconsejable evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol, ya que ambos pueden irritar la vejiga y agravar los síntomas.
El ejercicio es beneficioso para fortalecer los músculos, pero, si sufres de incontinencia de esfuerzo, es preferible optar por actividades de bajo impacto como caminar, nadar o practicar yoga. Estas actividades reducen el riesgo de fugas de orina al no generar un aumento brusco en la presión abdominal.
Los ejercicios de Kegel son una herramienta poderosa para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Consisten en contraer y relajar los músculos que controlan el flujo de la orina, lo que ayuda a mejorar el control sobre la vejiga. Es recomendable practicarlos diariamente, incrementando gradualmente el número de repeticiones y la duración de las contracciones. En nuestras redes sociales puedes encontrar cómo hacer correctamente este tipo de ejercicios.
El entrenamiento de la vejiga consiste en seguir un horario regular para ir al baño, en lugar de esperar a que aparezca la urgencia de orinar. Con el tiempo, este método puede ayudar a aumentar la capacidad de la vejiga y reducir la frecuencia de las pérdidas.
Consulta con un especialista, como un fisioterapeuta pélvico o un urólogo, para recibir orientación sobre las mejores terapias para tu situación. Existen tratamientos como la electroestimulación pélvica y el uso de pesarios (dispositivos que se colocan en la vagina para ayudar a sostener la vejiga) que pueden ser efectivos.
La incontinencia urinaria puede tener un impacto emocional, y es fundamental hablar con tu pareja sobre cómo te sientes. Tener una red de apoyo puede aliviar la carga emocional y ayudar a enfrentar el problema de manera conjunta.
La incontinencia de esfuerzo también puede afectar las relaciones íntimas. Algunas personas pueden experimentar pérdidas de orina durante el sexo debido a la presión abdominal. Para minimizar esta posibilidad, es recomendable vaciar la vejiga antes de tener relaciones sexuales y practicar ejercicios de Kegel regularmente para fortalecer el control muscular.
Hablar abiertamente con la pareja sobre los temores relacionados con la incontinencia durante el sexo es esencial para mantener una vida íntima saludable. También, consultar con un especialista en salud sexual o un fisioterapeuta pélvico puede ofrecer técnicas adicionales para mejorar la situación. Nosotros te recomendamos tener a la mano pañitos y encontrar posiciones cómodas que no ejerzan más presión en la vejiga.
En TENA® tenemos una gran variedad de productos especializados para cada tipo de incontinencia. Tanto para mujeres como para hombres. Te dejamos aquí nuestro perfilador para que descubras qué producto es el ideal para ti.