26 DE OCTUBRE DE 2020
El descanso tiene una función esencial: Recuperar a nuestro cuerpo del desgaste diario. Por ello, debemos evitar estrés y crear un ambiente lo más relajado posible desde unas horas antes. Dentro de los principales factores que influyen a la hora de dormir para nuestro descanso, uno muy importante es la posición que tomamos al estar acostados.
En TENA® buscamos que tengas una buena calidad de vida, por lo que a continuación te compartimos las posiciones más eficientes para tener un sueño reparador.
La cabeza, columna y piernas van apoyadas, por lo cual necesitamos una almohada con la altura que permita que la cabeza se alinee con la columna. Al no tener peso encima, se favorece la respiración.
Tenemos los brazos y piernas libres, lo que favorece una buena respiración y relajación corporal.
Aunque es una posición muy popular, no es muy recomendada. La razón es que puede producir tensiones en el cuello debido a que la cabeza está muchas horas girada en una misma posición. En el hombro y espalda podemos presentar molestias y además la respiración se ve afectada o dificultada por el peso del cuerpo sobre los pulmones.
Sin embargo, si esta posición es tu preferida lo ideal es colocar una almohada debajo de los pies para reducir la tensión en la zona lumbar o colocar un cojín debajo del vientre para reducir la hiperlordosis lumbar.
Aquí tienes algunos consejos adicionales que puedes implementar en tu rutina diaria para mejorar la calidad de sueño:
Establecer una rutina de sueño: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular el reloj interno del cuerpo y a mejorar la calidad del sueño.
Crear un ambiente propicio para dormir: Mantén tu habitación oscura, fresca y tranquila. Considera el uso de cortinas opacas, tapones para los oídos o máquinas de ruido blanco para bloquear cualquier distracción externa que pueda interferir con el sueño.
Limitar la exposición a la luz azul: Evita el uso de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras al menos una hora antes de acostarte. La luz azul emitida por estos dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
Practicar técnicas de relajación: Dedica tiempo antes de acostarte a actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño caliente o practicar yoga o meditación. Estas prácticas pueden ayudar a calmar la mente y preparar el cuerpo para dormir.
Limitar la cafeína y la ingesta de alcohol: Evita consumir cafeína y alcohol varias horas antes de acostarte, ya que pueden interferir con el sueño y causar despertares nocturnos.
Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio regular puede ayudar a mejorar la calidad del sueño, pero evita realizar actividades físicas intensas justo antes de acostarte, ya que esto puede dificultar conciliar el sueño.
Mantener una dieta equilibrada: Evita las comidas pesadas y picantes antes de acostarte, ya que pueden causar malestar estomacal y dificultar el sueño. Opta por alimentos ligeros y nutritivos que promuevan la relajación y la digestión.
Mantener un diario de sueño: Llevar un registro de tus hábitos de sueño puede ayudarte a identificar patrones y factores que pueden estar afectando la calidad de tu sueño. Anota la hora a la que te acuestas, la calidad del sueño y cualquier factor externo que pueda influir en tu descanso.
Recuerda que en TENA® tenemos toda una gama de productos nocturnos que te ayudarán a tener protección y descanso por más horas, ya que cuentan con barreras anti-escurrimiento reforzadas y un diseño específico para estar acostado.